En la tarde de ayer, 17 de enero de 2022, las mascotas de la parroquia recibieron la bendición de manos de nuestro diácono Rafael, con la asistencia de nuestro párroco Jaime y de muchos parroquianos que se acercaron con sus animales.
A continuación las fotos de la ocasión y la historia de San Antonio Abad.
San Antonio Abad, también conocido como San Antón fue egipcio de nacimiento (se cree que nació alrededor del año 250), sus padres eran unos campesinos cristianos acomodados. Cuando creció y se hizo muchacho, no quiso ir a la escuela, evitaba la compañía de otros niños, su único deseo era llevar una simple vida de hogar. Cuando llegó a su juventud oyó las siguientes palabras el evangelio: «Si quieres ser perfecto, ve y vende todo cuanto tienes y dalo a los pobres…».
Tenía alrededor de 20 años cuando fallecieron sus padres y quedaron tanto él como su hermana pequeña como ricos herederos. Se responsabilizó de la casa y de su hermana y en menos de seis meses vendió toda la herencia de sus padres y entregó lo cobrado por la venta a los pobres dejando sólo un poco para su hermana, a la que ingresó en un convento para que fuera educada.
Al principio de su nueva vida se dedicó a tejer canastos y con el fruto de ese trabajo lograba mantenerse y repartir entre los pobres.
Murió anciano, hacia el año 356 en las laderas del monte Colzim, próximo al mar Rojo, se cree que con 105 años. Se le ha considerado el padre de los monasterios de monjes, y por ello se le llama «Abad» que significa «padre» (en hebreo y también en siríaco).
Se le representa con un cerdo, un perro y un gallo. Antiguamente se invocaba a San Antonio para proteger los campos y a los animales de las pestes. La leyenda cuenta que cuando San Antón veía a un animal herido, lo curaba, al igual que hizo con el cerdo que siempre le acompañaba.
Además de ser patrón de los animales, también lo es de los tejedores de cestos, fabricantes de pinceles, cementerios y carniceros.
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